Septiembre es un mes de nuevos retos que afrontar. El final del verano deja un aire de nostalgia y toca empezar a trabajar en la próxima etapa. Siempre con la incertidumbre de estar a la altura, dar lo mejor de ti mismo e imaginar si conseguiremos llegar al final.
Nunca es sencillo porque, al final, no dejamos de ser niños a la intemperie, llenos de dudas y de inseguridades. Lo bueno es que no estamos solos y podemos afrontar el camino con la compañía que elegimos. Lo malo, es que escoger la compañía correcta es complicado.
Hoy quiero dejar por escrito que es el principio de tu nueva etapa, tanto personal y como profesional, y que además quiero formar parte de ella, si me dejas. Prometo estar tanto cuando aceleremos la marcha, como cuando tengamos que aligerar la mochila del otro. La única condición es ir de la mano.
¿Quieres empezar esta nueva etapa conmigo?
– R